Un poema de Ramón de Almagro.
Desde que era niño siempre tuvo un sueño,
Se lo dio un barquito hecho de papel,
Y fue desde entonces que quiso ser dueño
De un velero blanco y bogar en el,
No por los paisajes de un mundo lejano
Cubierto por islas de hermoso coral,
… el solo soñaba sentarse en su barco
Y por una brisa dejarse llevar.
Al pasar el tiempo se quedo en su sueño
… como tantos sueños… su sueño de mar,
¡Nunca dijo nada¡ pues siempre temía
Que si alguien sabía se fuera a burlar.
Hoy que ya está viejo, y nadie le ofrece
Por sus pocas fuerzas un trozo de pan,
Agarra la silla, esa que se mece,
Y se va hasta el patio, buscando soñar,
Y en la vieja silla se siente en el barco,
Cerrando los ojos escucha la mar
Y hasta hay una brisa…que baja a sus labios …
¡Olas muy pequeñas con sabor a sal¡