un poema del gran escritor y poeta de Mejico: Amado Nervo (1870-1919)
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas;
¡cuando plante rosales, coseche siempre rosas¡
Cierto a mis lozanias va ha seguir el invierno;
¡mas tu no me dijiste que mayo fuera eterno¡
Halle sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan solo noches buenas ;
¡Y en cambio tuve algunas santamente serenas¡
¡Ame! ¡fui amada, el sol acaricio mi faz¡
¡vida, nada me debes¡. ¡Vida, estamos en Paz¡