Cuba.
Un poema de Jose Ángel Buesa(1910-1982)
Yo lo ame, y era de otra, que también lo quería,
¡Perdónalo Señor! Porque la culpa es mía,
Después de haber besado sus cabellos de trigo,
Ya no importa la culpa, pues no importa el castigo.
Fue un pecado quererlo, Señor, y, sin embargo
Mis labios están dulces por ese amor amargo ,
El fue como un agua callada que corría…
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.
Perdonalo Señor, Tu que le diste a el
Su frescura de lluvia y el esplendor de estrella,
Su alma era transparente como un vaso vacío;
Yo lo llene de amor… Todo el pecado es mío.
Pero, ¿como no amarlo, si tú hiciste que fuera
Turbador y fragante como la primavera?
.¿Como no haberlo amado, si era como el rocio
Sobre la yerba seca y ávida de estío?
Trate de rechazarlo. Señor. Inútilmente,
Como un surco que intenta rechazar la simiente.
Era de otra…Era de otra que no lo merecía,
Y por eso, en sus brazos, seguía siendo mío.
Era de otra, Señor, pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.
Y el me dio su amor como se da una rosa
Como quien lo da todo, dando tan poca cosa…
Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
El no fue culpable, Señor…ni yo tampoco,
.¡la culpa es toda tuya, por que lo hiciste bello
Y me diste los ojos para mirarlo a el!
Si, nuestra culpa es tuya,…si es una culpa amar
Y si es culpa de un río cuando corre hacia el mar.
Es tan bello, Señor, y es tan suave y tan claro.
Que sería pecado mayor si no lo amara.
Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bello,
Que Tu, que hiciste el agua, y la flor, y la Estrella,
Tu que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
Tu también lo amarías, si Tú fueras mujer…