Chile.
Julio Vicuña Cifuentes (1865-1936)
Guardo, para alivio de mis penas hondas
En lo más oculto de mis pecho huraño,
Una cabellera que se riza en hondas
Y unos ojos bellos de color castaño.
Y si este cariño caprichoso a veces,
Me esconde sus gracias, – ¿desden…egoísmo?-.
Por templar el hielo de sus esquiveces,
Algo de el yo busco dentro de mi misma.
Y halló, confundida con mis penas hondas
Huéspedes eternos de pecho huraño,
Una cabellera que se riza en hondas
Y unos ojos bellos de color castaño.